La ambigüedad inadvertida empírico-normativa de ciertos términos conduce a falacias lógicas tales como: «La esencia de la sexualidad es la procreación. Por lo tanto, la anticoncepción no está permitida, porque no refleja la naturaleza de la sexualidad«. De aquí, surge el razonar particular dando lugar a interpretaciones personazalidas en base al conocer y pensar de cada uno. De aquí la diversidad.
¿Nuestro problema? Que tenemos a las entidades religiosas como los mayores «interpretadoras» mientras nosotros, que somos masas, simplemente aceptamos su razonar. ¿Por qué deben ser ellos quienes originen, desglosen y encima nos den la información?
Echándolo Fuera 